Puede que no veas la conexión entre los dos, pero definitivamente hay una. Este artículo es para cualquiera que esté pensando en hacerse un piercing en la lengua o en el labio. Si ya lo has hecho, puedes encontrar información útil aquí con respecto a tu salud oral.
Entendiendo los riesgos
El piercing implica la introducción de un cuerpo extraño, generalmente metálico, en la piel u otro tejido, como la lengua. Aunque los problemas son raros, es importante entender los riesgos asociados con la perforación antes de llevarla a cabo. Las consecuencias de un piercing en la salud bucodental no son necesariamente inmediatas y pueden pasar desapercibidas si no estás atento a ellas indica la clínica de ortodoncia Granada Dr. Inacio García Espona en Camino de Ronda, 74, 18004 Granada, teléfono 958 52 10 16.
El hecho es que el cierre de un piercing en el labio superior o inferior puede rozar con los dientes. Además de los riesgos de reacciones alérgicas e infecciones bacterianas o virales, esta fricción entre el gancho y los dientes puede, con el tiempo, provocar los siguientes problemas:
- Pérdida del esmalte dental
- Dientes sueltos
- Gingivitis
- Dientes astillados o rotos
Consejos para los que planean hacerse un piercing
Después de haber sido informado de los posibles riesgos, si todavía planea perforarse la lengua o el labio, asegúrese de que lo haga un profesional concienzudo que observe estrictas prácticas sanitarias. La persona que va a insertar su anillo o labio debe desinfectar completamente el área a ser perforada, usar guantes y utilizar equipo estéril, entre otras precauciones.
Otra cosa buena que se debe hacer antes de hacerse una perforación es hacer una cita con un dentista. Él o ella puede determinar el lugar preciso para colocar el piercing con el fin de minimizar su impacto en tu salud oral. El dentista también es una fuente fiable de información y asesoramiento sobre la higiene adecuada, las contraindicaciones y los riesgos de la perforación.
Consejos para reducir los riesgos después de hacerse un piercing
La boca es un ambiente cálido y húmedo que favorece el crecimiento de las bacterias y, por extensión, el desarrollo de infecciones. Para reducir los riesgos, considere enjuagarse la boca regularmente. La mejor manera es utilizar un enjuague bucal antiséptico como la clorhexidina.
Otra forma de minimizar los problemas relacionados con el piercing de la lengua o los labios es evitar, en la medida de lo posible, jugar con el piercing. Inmediatamente después de hacerse un piercing, puede ser especialmente tentador jugar con el anillo o el semental. Sin embargo, esto puede ser muy dañino para tus encías o el esmalte de tus dientes.
Para asegurarte de que la perforación no sea perjudicial para tu higiene bucodental, es una buena idea hacer un seguimiento con tu dentista después de que te la hagas.
El piercing bucal es una práctica tradicional que se ha convertido en una práctica cada vez más popular entre los jóvenes y no tan jóvenes de la sociedad actual. Dado que no parece que esta tendencia vaya a desaparecer pronto, es mejor conocer los riesgos asociados. Si alguna vez decide ceder a la tentación, su dentista es la mejor persona a la que acudir para recibir un buen consejo.