La vena que conexiona la totalidad del retorno venoso con el resto del organismo es la vena femoral, alcanza desde la ingle hasta la rodilla y su extensión natural hasta el pie recibe el nombre de vena poplítea.
El organismo ha situado estas importantes tuberías protegidas de las contingencias del exterior, están situadas cerca del hueso y protegidas por una notable capa de musculatura. Esta protección evita que sus paredes puedan dilatarse con facilidad por lo que no pueden producirse “varices internas”.
Es verdad que pueden tener una mala función valvular y provocar importantes cambios en le drenaje venosos de las piernas, pero nunca llegan a dilatarse por la capa muscular que las rodea y conceptualmente no son varices.
Además, se han definido las varices esenciales como las dilataciones venosas debidas a debilidad de la pared venosa. Esta circunstancia no se da en el sistema profundo.
En el sistema profundo desembocan dos venas por cada pierna que están situadas por fuera de la fascia muscular y son las encargadas de recoger la sangre del tejido celular subcutáneo (grasa) y de la piel.
Se conocen como safena interna o mayor y safena externa o menor. La safena mayor, lo es porque es la más larga, va desde la cara interna del tobillo, transcurre por la cara interna de la pierna y alcanza la femoral a la altura de la ingle acodándose de forma que se ha denominado cayado de la safena. Es interna porque como hemos mencionado transcurre a o largo de la cara interior de la pierna, no porque esté más profunda.
La safena externa se inicia en el maleolo externo del tobillo y alcanza la cara posterior de la rodilla por la cara externa de la pierna. Es menor porque es más corta y externa por su recorrido en la cara externa no porque sea más superficial.
Además de las conexiones finales con el sistema profundo, a nivel de la ingle a través del cayado (safena interna), o en el hueco poplíteo mediante un mecanismo complejo y variable (safena externa), hay múltiples conexiones entre estos 2 sistemas que atraviesan la masa muscular.
Estas conexiones que calan el músculo en busca del sistema profundo se denominan venas perforantes, que cuando tienen su función alterada son fuente de importante patología, muchas veces de la más compleja.
Desde la superficie externa del músculo donde corren las safenas en dirección ascendente, se extienden otras venas en el mismo plano anatómico, que reciben el nombre de tronculares secundarias. Se disponen en forma de raspa de lenguado respecto al recorrido de las safenas.
La conexión del plano muscular hasta la piel se realiza mediante una red de venas interconexionadas entre sí, que reciben el nombre de venas reticulares.
Ya en la superficie cutánea, existe un dúplex de venitas, las más superficiales (plexo dérmico superficial), es el responsable con su dilatación de las dilataciones venosas que aparecen más frecuentemente en la cara que en las piernas (telangiectasias faciales o cuperosis).
El piso más interno del dúplex, se conexiona directamente con las venas reticulares, su dilatación ocasiona la formación de las arañas vasculares, telangiectasias de las piernas o “capilares rotos” denominación vulgar usada con frecuencia.