Renault Avantime: no fue el momento

Cuando se lanzó en 2001, sus dos matrices, MATRA y RENAULT, lo presentaron como un «coupé-espacio», según el nombre inventado por el departamento de marketing de la empresa. Se trata, por tanto, de un híbrido entre un coupé y un monovolumen que se lanza al mercado.

Ensamblado en la fábrica en Romorantin, es un vehículo que pretende ser elitista e innovador posicionándose en el tope de gama de Renault.

Por desgracia, la clientela a la que se dirige es muy conservadora. Adeptos a las grandes berlinas, casi siempre con maletero, ven un utilitario de tres puertas, alto de piernas y con un pronunciado parecido familiar con el Espace (del que deriva).

El Avantime no carece de encanto y originalidad. Tiene un diseño agradable y un cuerpo bicolor en material compuesto que tiene un aspecto estupendo. Las bellas superficies acristaladas y el gran techo solar panorámico confieren al interior una luminosidad excepcional. Las puertas no tienen pilares superiores ni pilar central, lo que da a los ocupantes la impresión de viajar en un descapotable cuando las ventanillas están bajadas. La tapicería de cuero opcional refuerza la imagen elitista del recién llegado.

A pesar de ello, para ser un vehículo que juega a ser de alta gama, sigue siendo demasiado Renault con una profusión de plásticos básicos y muebles fabricados en serie. Además, la modularidad está casi ausente y el espacio de almacenamiento es simbólico.

El Avantime en la carretera

La experiencia de conducción no es nada impresionante. Este coupé espacial se conduce como un coche convencional. En cuanto al confort, la suspensión confirma la sensación de barco (y el consiguiente mareo). En la ciudad, es divertido ver cómo el Renault Avantime atrae las miradas, sobre todo cuando se activa el modo Grand Air (es decir, con todas las ventanillas abiertas). El motor (especialmente el V6) permite salir rápidamente de los semáforos y de los atascos, todo ello con un confort imperturbable. En la ciudad, sin embargo, hay un gran inconveniente en opinión de Crestanevada Sevilla: el consumo de combustible. El V6 bebe sus 20 litros a los 100 km. Los viajes por el campo son más ligeros para el bolsillo. Allí, con el pelo al viento, el Avantime te empuja a conducir tranquilamente.

En primer lugar, por los flujos de aire que entran por las ventanas y el techo solar. En segundo lugar, porque el coche es pesado, por lo que tienes que anticiparte a reducir la velocidad para mantenerla. La flexibilidad del V6 hace posible la velocidad de crucero, manteniéndose dentro de un consumo de combustible más tolerable de 10 litros por 100 km.

El Avantime se convierte en una magnífica máquina para viajar en el tiempo, disfrutar del paisaje y redescubrir algunas rutas olvidadas. Adelantar no será un problema, ya que el motor 3.0 V6 puede alcanzar fácilmente las 6.500 rpm. El segundo alcanza los 100 km/h, mientras que el tercero te hace jugar a la ruleta rusa con tu permiso de conducir. La velocidad del Avantime asciende a 225 km/h, lo que es respetable para un monovolumen.

Sin ser una bestia de carreras, el coupé se traga las curvas con una precisión inédita para la categoría. Sin embargo, el verdadero terreno de juego de este gran coupé es la autopista. El coche es extremadamente estable y transporta a sus pasajeros con absoluta comodidad.

Nacido con un V6 muy glotón en octubre de 2001, fue respaldado en abril de 2002 por un motor de gasolina 2.0l turbo de 165 CV y luego por un motor diésel 2.2 dci de 150 CV en junio del mismo año. Pero las ventas no despegaron y en 2003, tras producir menos de 8.500 modelos, la pareja Renault-Matra tiró la toalla.

Conclusión

Sí, el concepto Renault Avantime, muy adelantado a su tiempo, llegó demasiado pronto a la mente de la gente en 2001. Es un atajo llamativo que resume la carrera relámpago de este concept car, que ha permanecido inédito hasta hoy. La clientela a la que se dirigía no estaba preparada para tal revolución y, sin embargo, unos años más tarde, se decantaría en gran número por los crossovers y los SUV. Pero el concepto ha resurgido recientemente, con cierto éxito, en una forma ligeramente diferente: el SUV coupé.

Hoy, 18 años después de que finalizara su producción, lo que lo convierte en un joven jubilado, el Avantime ha iniciado una carrera como youngtimer e incluso como coche de colección. Los precios empiezan a dispararse (alrededor de 13000 euros para los modelos más bonitos que sobreviven).